lunes, 2 de noviembre de 2009

Y mis pies, ya f r í o s yacían en la tierra humedecida tras la lluvia y el aliento agitado quiso ponerse a llorar...
Tal vez emitir un grito de ayuda/liberación...
Pero el ácero fue más f u e r t e
que se incrustaba bajo la piel
Y yo sentía que me rasgaba lentamente.
Hacia lo hondo.